Ana
Belén
Aguilar
Cualquier parecido
con la realidad
…es pura conciencia
Me pusieron Ana Belén por la cantante, y fue por ella (la primera actriz que vi encima de un escenario con 14 años)
que me di cuenta a qué me quería dedicar: «a transmitir encima y bajo un escenario».
La gente cercana me llama Ana, porque Ana Belén me recuerda a cuando era niña y la liaba parda,
y sonaba la voz de mi madre con el nombre completo de “Ana Belénnnnnnn”.
Mi bagaje personal y profesional
Soy docente en talleres relacionados con el arte y el crecimiento personal (clown, teatroterapia y artes escénicas), diplomada en Proceso Corporal Integrativo (por la escuela In Corpore, de Antonio del Olmo), payasa de hospital (con más de 17 años de experiencia), realizo intervenciones en diferentes centros de integración, actriz profesional y creadora desde hace más de 15 años.
Estudié en la Escuela de Mª del Mar Navarro y Andrés Hernández. (Jacques Lecoq y Roy Hart Theatre). Antes de todo esto, fui Ingeniera Agrícola y Enóloga, papel que representé durante más de dos años. Pero siempre supe que era un papel secundario…o terciario. Hace unos años también me sumergí en el ámbito de lo social (soy integradora social), siempre con el teatro y el clown como alma y herramienta para acompañar.
Actualmente trabajo en distintos espectáculos de teatro y clown (dirigido a adultos/as y a la infancia): Dolores Valentina, Pum-Pum Hace mi CoraZón. He colaborado con diferentes compañías profesionales como actriz.
Lo anterior es una breve pincelada de las diferentes etiquetas que me he creado…y ahora…
¿Quién soy?
Esta es la pregunta con la que “todo” empezó.
Me llamo Ana Aguilar Mateos; me defino viva. Para esto, algo que me ha ayudado mucho ha sido el teatro, la creación, la investigación, la danza y este gran tesoro que me acompaña todos los días, el misterio de la vida.
Cuando digo que me ha ayudado, he mentido a medias: me ha sanado y me sigue sanando…no se dónde empieza la vida y donde empieza el teatro, ya que el teatro es un trocito de vida mirada con lupa. Y la vida es un trozo de teatro magnificada. Ya lo sé, no encajo, ya lo sé: no quiero encajar. Tras muchos intentos de encajonamiento y etiquetado, por fin hay alivio cada vez que escucho de mi hija: – Mamá, estás loca!
Por cierto, no lo he dicho, me he formado a base de cotidianos conscientes e inconscientes en esto de SER MADRE. El mayor máster en el que sigo sumergida.
El clown me acompaña desde que recuerdo estar por aquí (43 primaveras). Si combino el arte de vivir, de crear por el mero hecho de gozar (y de sacarme los cuartos), de ser madre, el haber sido 4 años concejala de un pueblo de la sierra y que juego a ser payasa de hospital desde hace más de 17 años, solo puedo confirmar que lo mio es puro teatro y creación cotidiana para que los malabares sigan en el aire y si caen, ya conozco el camino para aprender de mis errores y de las circunstancias externas.
Es mi niña, la que me sigue permitiendo jugar, caminar despeinada, sacarme los mocos y hasta reírme de mis dramas. Es la mujer que soy que se ocupa de cuidar a esta niña, es la niña la que recuerda a esta mujer que nunca se disfruta demasiado, y en la dualidad se fundamentan los tic-tac de esta experiencia llamada vida.
Esta niña ha sido rescatada a base de años de trabajo personal mediante terapia, formaciones, red de amigas y mucha curiosidad por conocer de dónde vengo y a dónde quiero ir y sobre todo, donde estoy y donde quiero estar.
Me gusta contar cuentos, y que me los cuenten. Y callarme, y que se callen.
En este camino profesional, me he dado cuenta acompañando a otras personas (hospitales, formaciones, intervenciones de apoyo terapéutico, etc) que la herramienta del clown es transformadora, tiene una manera suave y cuidada de llegar a una misma y al otro/a. Esta herramienta tratada con respeto y la máxima seriedad que requiere (son años de investigación y observación los que llevo) tiene la capacidad de devolvernos a una esencia espontánea y creativa (como una chispa vital) en la que si encontramos bloqueos, su ternura…nos deshace o abraza cualquier nudo que por el camino encontremos; es por ello que el camino de conexión con una misma y con el/la otro/a es suave, juguetón, creativo y lleno de símbolos poéticos. Esto que os cuento ha sido avalado por estudios científicos en los que he colaborado, entre ellos uno en el hospital Gregorio Marañón.
Me declaro hedonista. La belleza puede con todo, hasta conmigo. Hubo un día que descubrí (“casualidad” o no que estaba el teatro allí) que yo no era todo, sino que yo estaba en todo, y el abismo estaba allí…y no se me ocurrió otra cosa, que saltar…y así llegué aquí, volando.
En este vuelo me he encontrado con Ella, la Mari, compañera y amiga con la que alzo el vuelo de Círculo In-Par, sabiendo y experimentando que cuando nos juntamos, es más que sumarnos…nos multiplicamos y la masa de pan sube a un volumen que espero algún día te permitas degustar. Unir ciencia y poética cotidiana en este proyecto es de los mayores éxitos en mi vida profesional y personal, darle sentido y un marco a todo lo que llevamos experimentando es sin duda un regalo, que tenemos que compartir.
En mi camino
profesional
En mi camino
profesional
En este camino profesional, me he dado cuenta acompañando a otras personas (hospitales, formaciones, intervenciones de apoyo terapéutico, etc) que la herramienta del clown es transformadora, tiene una manera suave y cuidada de llegar a una misma y al otro/a. Esta herramienta tratada con respeto y la máxima seriedad que requiere (son años de investigación y observación los que llevo) tiene la capacidad de devolvernos a una esencia espontánea y creativa (como una chispa vital) en la que si encontramos bloqueos, su ternura…nos deshace o abraza cualquier nudo que por el camino encontremos; es por ello que el camino de conexión con una misma y con el/la otro/a es suave, juguetón, creativo y lleno de símbolos poéticos. Esto que os cuento ha sido avalado por estudios científicos en los que he colaborado, entre ellos uno en el hospital Gregorio Marañón.
Me declaro hedonista. La belleza puede con todo, hasta conmigo. Hubo un día que descubrí (“casualidad” o no que estaba el teatro allí) que yo no era todo, sino que yo estaba en todo, y el abismo estaba allí…y no se me ocurrió otra cosa, que saltar…y así llegué aquí, volando.
En este vuelo me he encontrado con Ella, la Mari, compañera y amiga con la que alzo el vuelo de Círculo In-Par, sabiendo y experimentando que cuando nos juntamos, es más que sumarnos…nos multiplicamos y la masa de pan sube a un volumen que espero algún día te permitas degustar. Unir ciencia y poética cotidiana en este proyecto es de los mayores éxitos en mi vida profesional y personal, darle sentido y un marco a todo lo que llevamos experimentando es sin duda un regalo, que tenemos que compartir.
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Unir ciencia y poética cotidiana en este proyecto es de los mayores éxitos en mi vida profesional y personal, darle sentido y un marco a todo lo que llevamos experimentando es sin duda un regalo, que tenemos que compartir.
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